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La diégesis en Canino (2009)

  • Foto del escritor: Pola
    Pola
  • 18 feb 2019
  • 2 Min. de lectura

Como en cualquier pieza artística, Giorgios Lanthimos presenta un film con singulares leyes sociales y preceptos que conforman la diégesis cinematográfica, “el universo de la obra, […] el mundo representado en la obra, cualquiera que sea su relación con el mundo real.” [1]


Cada película tiene sus propias disposiciones que pueden ser contrarias a las de la realidad. Tal es el caso de Canino que obedece a una ley diegética – en este caso lingüística- según la cual las palabras tienen un significado ajeno a lo establecido convencionalmente, verbigracia, ‘coño’ no indica la parte externa del aparato reproductor femenino, sino que es una lámpara grande.


“El coño se apagó y el suelo quedó a oscuras”.

Asimismo, hay un condición sine qua non para poder salir de la casa, es decir, para que el hijo sea considerado un hombre y es que se le caiga el colmillo derecho “o el izquierdo, no importa”. De igual forma, las relaciones sexuales no son un medio para obtener placer, sino que se efectúan mecánicamente. Hay una manera de comunicarse y relacionarse establecida por la obra y esta se debe a su autor.


“La elección hecha por el autor es la forma de presentar una diégesis que puede ser entendida de una infinidad de maneras. El autor elige los elementos de la diégesis que acontecerán en la obra, elige el punto de vista donde él se sitúa para representar, elige el orden en el cual presenta los acontecimientos” (Sourieau, E. 1998: 446).

De modo que en Canino se utilizan algunos elementos técnicos de la dirección, como la composición, para mostrar al espectador el universo de los protagonistas. Con encuadres que cortan a los individuos por doquier, Lanthimos muestra que “no tienen identidad”, el personaje diegético no es un ser racional, es un canino.



También “deben considerarse como [diegético], los lugares donde acontecen los hechos y el tiempo que estos duran, […] y la música.”[2] La elección de (casi) una sola locación - la casa familiar – da a entender al espectador que el sitio simula una cárcel. Hasta el imperio de las tonalidades blancas representan el autoritarismo del padre de la familia que realiza un experimento en un lugar estéril. El tiempo se establece en semanas y la música es diégetica porque se reproduce en el universo de la película, por ejemplo, el momento en que se coloca un disco de acetato con la canción Fly me to the moon de Frank Sinatra que simula al abuela de la familia cantando.


Bibliografía:

[1] Sourieau, E. (1998). Diccionario Akal de Estética. Madrid: Akal. Pag-445.


[2] Ramos, J y Marimón, J. (2002) Diccionario del guión audiovisual. Barcelona: Océano. Pag-214.

 
 
 

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